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Dra. Rosanna Aguasanta fortalece la cardio-oncología dominicana con su ingreso al Consejo de la SIAC

La Dra. Rosanna Aguasanta, presidenta de la Sociedad Dominicana de Cardiología, ingresa al Consejo de Cardio-Oncología de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC), fortaleciendo la especialidad en la República Dominicana y mejorando la atención a pacientes oncológicos.

La Sociedad Dominicana de Cardiología (SODOCARDIO) continúa consolidando su presencia en organismos internacionales de alto nivel. En esta ocasión, a través de su Consejo de Cardio-Oncología, la institución ha logrado que su presidenta, la doctora Rosanna Aguasanta, sea incorporada como miembro del Consejo de Cardio-Oncología de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC). Un reconocimiento que trasciende lo personal para convertirse en un triunfo colectivo de la medicina dominicana en el escenario internacional.

Este logro representa mucho más que un nombramiento honorífico. Constituye una validación del trabajo arduo, constante y sostenido que desde hace años desarrolla la comunidad médica dominicana en la especialidad de cardio-oncología. La noticia, destacada recientemente por medios especializados en salud, resalta que este espacio fue ganado gracias a la dedicación desde la creación del consejo de cardio-oncología.

Una especialidad en crecimiento

La cardio-oncología en República Dominicana ha experimentado un desarrollo exponencial en los últimos años. Aunque es considerada una subespecialidad relativamente nueva en el país, ha avanzado con pasos firmes hacia la consolidación de prácticas médicas de excelencia. Esta disciplina se enfoca en el estudio y manejo de la cardiotoxicidad, el daño que ciertos medicamentos utilizados en los tratamientos oncológicos pueden provocar en el corazón, como ha sido detallado en actualizaciones organizadas por entidades científicas dominicanas.

La importancia de esta especialidad radica en que, décadas atrás, los esquemas de quimioterapia —especialmente aquellos basados en antraciclinas— ocasionaban efectos cardiovasculares severos en una cantidad significativa de pacientes. Gracias a la reducción de dosis, a una mejor comprensión de los riesgos y a la integración del cardiólogo oncólogo en equipos multidisciplinarios, la incidencia actual se ha reducido notablemente, marcando un hito en la atención integral de oncología y cardiología.

Colaboración científica regional

La incorporación de la Dra. Aguasanta al Consejo de la SIAC fortalece especialmente la colaboración en los ámbitos científico y académico con sociedades hermanas en toda la región. Instituciones como la Sociedad Dominicana de Oncología, la Sociedad Dominicana de Hematología y la Sociedad Dominicana de Radioterapia y Oncología trabajan conjuntamente en la formación de especialistas y en el desarrollo de protocolos de atención integral para los pacientes oncológicos.

Esta red de colaboración es fundamental, ya que permite que los especialistas dominicanos se mantengan actualizados con los últimos avances y compartan experiencias con colegas de otros países de América Latina y el Caribe. La cardio-oncología moderna cuenta con herramientas diagnósticas sofisticadas como el ecocardiograma con strain, que detecta daño subclínico en el corazón antes de que se manifiesten síntomas, y con un arsenal terapéutico preventivo que incluye inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, antagonistas de los receptores de angiotensina II, betabloqueadores, estatinas, inhibidores SGLT2 e inhibidores de la neprilisina y sacubitrilo.

Protección cardíaca integral

Lo que hace verdaderamente revolucionario el enfoque de la cardio-oncología moderna es que permite que pacientes que años atrás hubieran sido rechazados para recibir quimioterapia debido a problemas cardiovasculares previos, ahora puedan acceder a estos tratamientos de forma segura. La estrategia se fundamenta en un acompañamiento continuo que comienza antes de iniciar cualquier tratamiento oncológico.

La doctora Aguasanta ha enfatizado reiteradamente, en foros y capacitaciones dirigidos a la comunidad médica, que ningún tratamiento oncológico debe iniciar sin una evaluación estructural y funcional completa del corazón, con la participación activa del cardiólogo oncólogo antes, durante y después de la quimioterapia. Esta vigilancia continua resulta crucial porque un paciente puede desarrollar falla cardíaca incluso muchos años después de haber concluido exitosamente su tratamiento oncológico.

Factores de riesgo que requieren vigilancia especial

Existen múltiples factores que aumentan la probabilidad de que un paciente oncológico presente cardiotoxicidad durante o después del tratamiento. La hipertensión mal controlada, la diabetes, la dislipidemia, la obesidad, el sedentarismo y el consumo excesivo de sal y alimentos procesados son condiciones que predisponen al daño cardíaco. Del mismo modo, el consumo de alcohol, el tabaquismo y el vapeo agravan significativamente este riesgo.

Entre los tipos de cáncer que presentan mayor incidencia de cardiotoxicidad se encuentran el cáncer de mama, los linfomas y las leucemias. Asimismo, los pacientes sometidos a radioterapia del lado izquierdo del tórax y aquellos que requieren hormonoterapia prolongada constituyen grupos particularmente vulnerables, ya que la radiación dirigida a esta región afecta directamente las estructuras cardíacas, sumándose al efecto de los medicamentos oncológicos.

Señales de alerta que no deben ignorarse

Toda persona diagnosticada con cáncer que esté recibiendo tratamiento debe permanecer atenta a síntomas que podrían indicar problemas cardíacos. La falta de aire, las palpitaciones, las alteraciones del ritmo cardíaco, los mareos, la fatiga extrema, el dolor torácico y la hinchazón en las piernas son señales que deben motivar una consulta cardíaca inmediata.

La importancia de estos síntomas radica en que muchos pueden ser subclínicos al inicio, es decir, no producen molestias pero ya existe daño en la función cardíaca. Por esta razón, la evaluación periódica con herramientas modernas se ha convertido en un componente esencial del seguimiento del paciente oncológico, como recomiendan los expertos nacionales, incluso años después de haber completado el tratamiento.

El futuro de la cardio-oncología dominicana

La cardio-oncología en la República Dominicana continuará abriendo caminos y sumando más especialistas a sus filas, con el objetivo fundamental de ofrecer una mejor atención y mayores beneficios a todos los pacientes oncológicos del país. El reconocimiento internacional por parte de la SIAC no es solo un acto de distinción hacia la Dra. Aguasanta, sino una validación del compromiso de la medicina dominicana con la excelencia y la innovación.

Este es un espacio ganado por médicos dominicanos que han decidido formarse en una especialidad que salva vidas, que combina el conocimiento cardiológico con la oncología para ofrecer soluciones integrales a quienes enfrentan el desafío del cáncer. La cardio-oncología llegó para quedarse en la República Dominicana, transformando la manera en que se atiende a los pacientes oncológicos y demostrando que el cáncer ya no es sinónimo de muerte, sino de una oportunidad de vida con mayor calidad y esperanza. El cardiólogo oncólogo se ha convertido en una parte esencial del equipo multidisciplinario, desempeñando un papel fundamental en la protección de la salud cardiovascular de miles de dominicanos que luchan contra el cáncer cada día.

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