Jorge Tena Reyes se erige como una de las figuras más influyentes en la construcción del patrimonio cultural e intelectual de la República Dominicana. Nacido en la sección de Juan Barón, San Cristóbal, el 5 de julio de 1927, su vida transcurrió entre las aulas académicas, los archivos históricos y las tribunas públicas desde donde promovió con singular pasión el desarrollo educativo y la preservación de la memoria nacional. Su reciente fallecimiento, ocurrido el 15 de marzo de 2025, marca el final de una trayectoria de noventa y ocho años consagrados al servicio de las letras, la docencia y la gestión cultural, legando un modelo de entrega patriótica que continúa inspirando a las nuevas generaciones ¹.
La formación académica de Tena Reyes constituyó el cimiento de su prolífica carrera. Tras completar sus estudios secundarios en el Instituto Politécnico Loyola, institución que más tarde lo vería impartir clases como profesor de literatura, se matriculó en la Universidad de Santo Domingo donde obtuvo en 1952 los títulos de Doctor en Derecho y Filosofía. Este doble perfil profesional –jurista y humanista– se complementaría con sus estudios de posgrado en Literatura Hispánica e Historia de América en la Universidad Central de Madrid, experiencia que ampliaría su visión sobre los procesos culturales iberoamericanos.
Su regreso al país a finales de la década de 1950 coincidió con un momento crucial para la vida intelectual dominicana. Incorporándose a La Voz Dominicana, asumió la dirección de la Escuela de Locutores Héctor J. Díaz mientras supervisaba programas de contenido cultural, labor que desempeñó hasta el cambio de régimen político en 1961. Este periodo inicial revela dos constantes en su biografía: su capacidad para conciliar la gestión administrativa con la producción intelectual, y su compromiso con la formación de nuevas generaciones de profesionales ².
La década de 1970 marcó su consolidación como arquitecto institucional de la cultura nacional. Desde su posición como Subsecretario de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, lideró una revolución editorial sin precedentes publicando más de cincuenta obras fundamentales de autores dominicanos. Entre estas destacan la compilación del epistolario de la familia Henríquez Ureña –lograda mediante un histórico acuerdo cultural con Cuba– y la edición crítica de textos de Vetilio Alfau Durán, Fray Cipriano de Utrera y Apolinar Tejera. Su labor en este campo trascendió lo burocrático para convertirse en una cruzada personal por rescatar y difundir el pensamiento nacional.
Su visión estratégica se materializó en 1973 al crear la Comisión Organizadora de la primera Feria del Libro, semilla de lo que hoy es la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo. Como redactor del decreto que la institucionalizó al año siguiente, estableció los cimientos para que este evento se convirtiera en el principal escenario de promoción literaria del Caribe ³. Paralelamente, institucionalizó los Premios Nacionales de Literatura, incluyendo el galardón dedicado a Pedro Henríquez Ureña que hoy sigue reconociendo a los más destacados ensayistas del país.
El nombre de Jorge Tena Reyes resulta inseparable del estudio y divulgación de la obra de Pedro Henríquez Ureña. Desde aquel momento decisivo en 1952 cuando su profesor Máximo Coiscou le obsequiara "Horas de Estudio", inició un viaje intelectual que lo convertiría en el principal especialista del legado del humanista dominicano. Durante más de cuatro décadas, su labor de investigación permitió recuperar documentos inéditos, organizar el archivo epistolar y publicar estudios críticos que han redefinido la comprensión del pensamiento henriquezoureñiano. La Secretaría de Cultura reconoció esta dedicación en 2007 al bautizar con su nombre una calle dentro del recinto ferial, gesto simbólico que une su memoria a la de su maestro.
Su vinculación con la Fundación Corripio desde su creación revela otra faceta esencial de su perfil: la capacidad para tender puentes entre el sector privado y las políticas culturales públicas. Como asesor fundador, promovió iniciativas que transformaron el mecenazgo cultural en República Dominicana, destacándose la organización de visitas de figuras como el Nobel Camilo José Cela en 1990. Bajo su orientación, la fundación se convirtió en plataforma para proyectos editoriales, reconocimientos a creadores nacionales y preservación del patrimonio documental ⁴.
La producción historiográfica de Tena Reyes constituye un pilar fundamental para los estudios sobre la identidad nacional. Su obra cumbre "Duarte en la historiografía dominicana", publicada en 1976, sigue siendo referencia obligada para comprender la construcción del imaginario patriótico ⁵. A través de una meticulosa recopilación de fuentes y análisis crítico, demostró cómo las interpretaciones sobre el Padre de la Patria han reflejado las tensiones y aspiraciones de cada época histórica. Este trabajo se complementó con su rol como miembro fundador del Instituto Duartiano, donde promovió investigaciones basadas en rigor documental frente a la hagiografía simplista.
En el ámbito educativo, su labor como catedrático en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña durante más de tres décadas formó a generaciones de historiadores y literatos. Su método pedagógico, caracterizado por combinar el análisis textual con el contexto histórico, inspiró un enfoque interdisciplinario que sigue influyendo en los planes de estudio actuales. Muchos de sus discípulos destacan cómo transformaba las clases en talleres de investigación, animando a los estudiantes a explorar archivos y contrastar fuentes primarias.
Los reconocimientos a su trayectoria incluyen distinciones como el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2017 por su obra "Pedro Henríquez Ureña: Esbozo de su vida y de su obra", galardón que sintetiza su doble condición de investigador riguroso y divulgador accesible ⁶. Sin embargo, su mayor legado quizás radique en haber demostrado que la gestión cultural requiere tanto erudición como pragmatismo, visión histórica y capacidad de innovación institucional.
Al conmemorar su paso a la posteridad, la República Dominicana no solo despide a un intelectual excepcional, sino a un arquitecto de instituciones culturales cuyos logros continúan moldeando el panorama educativo y literario nacional. Su vida consagrada al servicio de las ideas, su ética profesional inquebrantable y su capacidad para inspirar colaboraciones entre sectores diversos constituyen un modelo perdurable de ciudadanía cultural activa. Como él mismo solía citar a Jacques Delors, comprendió que "la educación es la utopía necesaria" – utopía que su obra ayudó a hacer tangible para millones de dominicanos.
Referencias usadas en Artículo
- El Día – Fallece el destacado historiador Jorge Tena Reyes
- Academia Dominicana de Historia – Jorge Ramón Tena Reyes
- Acento – La XI Feria del Libro de Historia Dominicana y la XXVI Feria Nacional
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