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Providencia Paredes, la dominicana que conoció los secretos de los Kennedy

Doña Provi, como la llamában sus cercanos, fue un ícono de la Dominicanidad en Washington DC, su casa era literalmente un Museo de obsequios y remembranzas de los Kennedy.

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Providencia Paredes, la asistente de Jackeline Kennedy que conoció las intimidades de la familia presidencial, nacida en San Pedro de Macoris, República Dominicana el 9 de Junio de 1924, llegó a los EE UU en 1948 En 1957, Evelyn Lincoln, presentó a Paredes al senador Kennedy.

Tras la elección del senador John F. Kennedy como presidente, Paredes se convirtió en ciudadana estadounidense y acompañó a los Kennedy a la Casa Blanca y fue empleada como asistente privada de la Sra. Kennedy. La principal de sus tareas era el cuidado de su vestuario.

Después del asesinato del presidente Kennedy, Paredes trabajó para Robert F. Kennedy hasta su muerte En 1969 asumió un puesto en la División de Bibliotecas del Servicio Postal de los EEUU

Después de su muerte en mayo de 1994, la Sra. Onassis recordó a la Sra. Paredes en su testamento final, dejándola con un total de US $ 50,000 en agradecimiento por su ayuda y amistad. Paredes falleció el 18 de marzo de 2015 a la edad de 90 años. Doña Provi, como la llamában sus cercanos, fue un ícono de la Dominicanidad en Washington DC, su casa era literalmente un Museo de obsequios y remembranzas de los Kennedy. 

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Providencia Paredes, la primera dominicana que trabajó en la Casa Blanca al servicio del presidente John F. Kennedy y de su esposa Jacqueline Kennedy, de quien fue su mano derecha desde que el mandatario demócrata era senador, falleció ayer en Washington, Estados Unidos, a la edad de 90 años.

Doña Provi, como cariñosamente la llamaban, llegó a Estados Unidos en 1948 cuando tenía 19 años, con la misma ilusión de tantos dominicanos que han hecho la travesía tras el sueño americano. 

Oriunda de San Pedro de Macorís, su primer trabajo fue en la casa del embajador dominicano en EEUU, Francisco Thomén, donde cuidaba a la suegra del diplomático, y luego comenzó a trabajar para Kennedy y su esposa Jacqueline en 1957, cuando el joven John Fitzgerald era senador de Massachusetts, cargo que logró en el año 1952.

Doña Providencia, quien trabajó para la familia Kennedy en la Casa Blanca desde 1961 a 1963, se encargaba de cada detalle del vestuario de la primera dama estadounidense e incluso llegó a sugerirle muchas veces al propio presidente cuál corbata usar.  “A veces le seleccionaba tres corbatas para ver cuál iba a elegir, y por coincidencia teníamos casi el mismo gusto”, añadió en una entrevista concedida a LISTÍN DIARIO en mayo del 2013. 

Sin embargo, la dama, que viajó con los Kennedy hasta en el avión presidencial Air Force One y les acompañó en sus vacaciones de Navidad privadas en el estado de Florida, se perdió aquel viaje fatal a Dallas, Texas, donde el 22 de noviembre de 1963 fue asesinado de dos disparos el segundo presidente más joven que ha tenido Estados Unidos, cuando participara en una actividad política en ese Estado. 

La dama fue testigo de esa agitada vida política y social de la pareja presidencial, con excepción de ese último episodio en la vida de Kennedy, pues recordó que no hizo el viaje a Dallas, Texas, porque pidió permiso ese día para quedarse con su hijo Gustavo en Washington.

 “Yo viajaba con ellos porque era la asistente de la señora. Todo lo que ella necesitaba yo se lo compraba, y viajaba con ella dondequiera”, expresó doña Provi.

Aunque doña Providencia no viajó a Dallas con la familia el día que mataron a Kennedy, si ayudó a Jacqueline a escoger el vestido color rosa que ese día terminó manchado con la sangre de su esposo.

A Providencia le sobreviven sus hijos Gustavo y Héctor, a quienes una persona asignada a la Casa Blanca cuidaba cuando ella tenía que viajar con los Kennedy. Doña Providencia asegura que también trabajó para Ted Kennedy y Robert Kennedy, ambos hermanos del presidente Kennedy, el primero senador por Massachusetts y el segundo uno de sus principales asesores. 

Después del asesinato de su esposo, Jacqueline Kennedy se llevó a Providencia con ella a Nueva York, donde estuvo un año al servicio de la primera dama norteamericana. 

Doña Providencia asegura que también trabajó para Ted Kennedy y Robert Kennedy, ambos hermanos del presidente Kennedy, el primero senador por Massachusetts y el segundo uno de sus principales asesores. Después del asesinato de su esposo, Jacqueline Kennedy se llevó a Providencia con ella a Nueva York, donde estuvo un año al servicio de la primera dama norteamericana. 

Para ver a sus hijos que estudiaban en Washington, tenía que desplazarse una vez al mes a la capital estadounidense. Jacqueline le ayudó a buscar una escuela en la llamada “Gran Manzana” para sus vástagos. Pero como según explicó doña Provi en esa entrevista “la sangre pesa más que el agua”, visualizó un mejor futuro para sus hijos en Washington y en ese momento terminó su relación de trabajo con los Kennedy. 

Ella, empero, nunca perdió el contacto con Jacqueline, a quien siguió visitando con frecuencia, incluso dos semanas antes de su deceso el 19 de mayo de 1994, a causa de un linfoma, en su apartamento de la Quinta Avenida, en Nueva York.

En gratitud por sus servicios y amistad, Jackie, como también llamaban a la primera dama estadounidense, dejó a Providencia US$50,000 en su testamento.

(** Note: This article was migrated from a legacy system on 7/15/2023)

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