Durante el mes de diciembre, la República Dominicana ha escrito un capítulo brillante en su historia diplomática y cultural, consolidando su presencia en dos de los eventos más emblemáticos de México: la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y la Feria de la Piñata de Acolman. Lo que comenzó como un mes de intensas actividades culturales se ha convertido en un testimonio vivido de la riqueza del patrimonio dominicano y su capacidad para irradiar sus tradiciones hacia otros horizontes. Por primera vez en los 39 años de historia de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la República Dominicana inauguró un stand oficial que funcionó durante los ocho días del evento hasta el domingo 7 de diciembre. Esta presencia institucional representa un punto de inflexión en la proyección cultural dominicana en México, consolidando el reconocimiento internacional de nuestras letras y nuestros autores. El stand dominicano exhibió más de cien obras de autores nacionales, una cifra que refleja la profundidad y diversidad del pensamiento literario dominicano. La muestra fue posible gracias a la colaboración articulada entre el Ministerio de Turismo, el Banco Central de la República Dominicana y el Archivo General de la Nación, tres instituciones que trabajaron coordinadamente para llevar la palabra dominicana a Guadalajara. Tres obras fueron presentadas con especial relevancia durante el acto inaugural en la feria. "En la Sombra del Autismo" de Alci Polanco, "El Bolero en Iberoamérica" de Felucho Jiménez, y "Cuentos y Poemas" de Rita Indiana constituyeron la triada que abrió las puertas a la producción literaria dominicana en este espacio de encuentro entre escritores y lectores del mundo hispanohablante. Los dos primeros títulos fueron presentados en persona por sus autores, mientras que Rita Indiana fue presentada por su editor, Miguel D. Mena, de la editorial Cielo Naranja. Pero la presencia dominicana no se limitó a estos tres títulos. Otros seis libros de autores nacionales circularon en distintas casas editoriales durante el evento, evidenciando que la creatividad literaria dominicana se expresa a través de múltiples voces y perspectivas. Posteriormente, se llevó a cabo un coloquio en el restaurante dominicano Lluvia Café, en Guadalajara, donde se profundizó en los contenidos de estas obras y se compartió con la comunidad dominicana residente en la ciudad mexicana. Al concluir la feria, la Embajada de la República Dominicana donó cincuenta libros dominicanos a la Universidad de Guadalajara, auspiciadora del evento. Este gesto simboliza el compromiso del país con la difusión del conocimiento y la cultura dominicana en los espacios académicos internacionales. Samuel Esteban Peña Valdez, primer secretario y encargado de Asuntos Culturales de la Embajada, estuvo al frente del stand durante todos los días de la feria, trabajando incansablemente para que nuestra palabra llegara a cada visitante. La delegación oficial fue encabezada por el embajador Juan Bolívar Díaz y su esposa, Ada Wiscovitch, quienes recibieron distinciones de los organizadores de la feria, reconociendo la calidad y el impacto de la participación dominicana. En el municipio de Acolman, Estado de México, la República Dominicana también dejó su huella en la celebración de la 40ª Feria Internacional de la Piñata, evento que en esta ocasión dedicó especialmente este año a nuestro país y a Costa de Marfil. El jueves 4 de diciembre se inaugura este emblemático festival, que reunió a más de ochenta mil personas durante sus cuatro días de celebración, del 4 al 7 de diciembre. El acto inaugural contó con la presencia de una delegación amplia y diversa encabezada por el embajador Díaz e integrada por los diplomáticos Francisco de la Cruz, Eneida López Rodríguez, Orlando Rodríguez, Raúl Hernández, Carlos Rojas y Roselia Pérez. Durante esta ceremonia, el embajador pronunció un discurso emotivo en el que agradeció a las autoridades municipales y estatales la dedicatoria de la edición número 40 de esta legendaria feria a la República Dominicana. El momento más evocador llegó cuando estudiantes dominicanos de la Universidad YMCA exhibieron trajes y caretas del carnaval dominicano, llevando los colores, las formas y la energía de nuestras festividades más queridas a los espacios públicos de Acolman. Media hora después, la agrupación musical Candelazo, integrada por doce músicos dominicanos residentes en México, ofreció un concierto a ritmo de merengue que se extendió ante millares de personas congregadas junto a la tarima principal. La música fue la voz de la República Dominicana, cantando su alegría a través de los ritmos que llevan en las venas todos los dominicanos. Durante los cuatro días de la feria, los diplomáticos Orlando Rodríguez y Carlos Rojas estuvieron al frente de un stand dominicano ubicado en la Casa de la Cultura de Acolman. En este espacio se exhibieron veinticinco obras de distintos pintores dominicanos, una colección que permitió que visitantes mexicanos y de otras nacionalidades conocieran la expresión plástica de nuestros artistas. El stand funcionó como un museo vivo donde la cultura dominicana se manifestaba en múltiples dimensiones. La programación cultural incluyó la proyección de dos películas y cuatro charlas sobre los antecedentes históricos de la República Dominicana y su carnaval. Estas conferencias ofrecieron contexto y profundidad a los visitantes, permitiéndoles comprender no solo qué es nuestro carnaval, sino por qué ocupa un lugar tan central en la identidad dominicana. Pero la experiencia fue también sensorial y gastronómica. En el stand se ofrecieron degustaciones de ron Brugal, café dominicano, majarete y sancocho, permitiendo que quienes lo visitaron pudieran probar los sabores que definen nuestra mesa y nuestra tradición culinaria. Antes de estas dos grandes ferias, la República Dominicana también participó en la 37ª celebración del Festival de Música de Morelia, Michoacán, que se realizó entre el 14 y el 22 de noviembre. El embajador Juan Bolívar Díaz, su esposa Ada Wiscovitch, y el secretario Samuel Esteban Peña Valdez asistieron al evento, con el embajador participando en el corte de cinta de la ceremonia inaugural. La cantante dominicana Carolina Camacho, residente en México, fue llevada por la Embajada para ofrecer un concierto que fusionaba su propuesta de música electrónica con raíces afrataínas. La presentación fue celebrada por centenares de asistentes, demostrando que la innovación musical dominicana encuentra espacios de reconocimiento en los festivales más prestigiosos de México. En el marco de la conmemoración del Día de la No Violencia contra la Mujer, el viernes 28 de noviembre tuvo lugar un acto especial en el auditorio de la Universidad YMCA de la Ciudad de México. Minou Tavarez Mirabal, política y diplomática dominicana, dictó una conferencia magistral sobre la herencia de las heroínas dominicanas conocidas como "Las Mariposas", entre ellas su propia madre, Minerva. El evento se realizó a sala llena y fue coordinado por las diplomáticas Carolina Espinosa y Roselia Pérez, contando con la participación del personal completo de la Embajada y gran parte del Consulado, encabezados por el embajador Díaz y el cónsul Roberto Rodríguez. Esta actividad tejió un puente entre el sacrificio de nuestras mártires y la lucha contemporánea contra la violencia de género. También en la Ciudad de México fue presentada la obra literaria "El Bolero en Iberoamérica" de Félix Jiménez, coauspiciada por la Asociación Nacional de Locutores de México. El evento contó con la participación de un trío musical conformado por el cantante José Antonio "El Pelao" y el productor de televisión y cantante Rodrigo de la Cadena, quienes interpretaron boleros representativos de México, Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, países donde se ha producido el ochenta por ciento de la producción boleroística. El autor Jiménez y Rodrigo de la Cadena sostuvieron un conversatorio sobre la historia del bolero después de que el embajador Díaz presentara al autor, conectando la música con la memoria histórica y emocional de los pueblos latinoamericanos. Cada actividad, cada presentación, cada muestra gastronómica y cada palabra pronunciada durante este mes de diciembre representa más que eventos culturales aislados. Constituyen una estrategia coherente de proyección diplomática que reafirma la capacidad dominicana de dialogar con el mundo desde la autenticidad de su identidad. La República Dominicana ha demostrado que nuestra presencia en los escenarios internacionales no es una pretensión, sino una expresión genuina de quiénes somos: un pueblo creativo, resiliente, con profundas raíces históricas y una visión contemporánea del mundo. La participación en la Feria del Libro de Guadalajara abrió puertas que permanecían cerradas desde hace casi cuatro décadas. La presencia en la Feria de la Piñata de Acolman mostró que nuestras tradiciones encuentran resonancia en otros contextos culturales. Las múltiples iniciativas diplomáticas llevadas a cabo por la Embajada han teñido de dominicaneidad los espacios públicos mexicanos, demostrando que la cultura es uno de nuestros activos más poderosos para conectar con otros pueblos. Este mes de diciembre de 2025 quedará registrado en los anales de la diplomacia cultural dominicana como un período en el que la nación se proyectó con claridad y dignidad, recordando al mundo que la República Dominicana tiene historias que contar, libros que compartir, ritmos que hacer bailar y sabores que ofrecer. Ha sido una celebración de lo que somos y una invitación abierta a que otros conozcan la profundidad de nuestra identidad nacional, expresada a través de la música, la plástica, la literatura y la gastronomía que nos define como pueblo.
Referencias usadas en Artículo
- [RD presenta tres obras en FIL Guadalajara 2025](https://www.diariolibre.com/revista/cultura/2025/12/03/rd-presenta-tres-ob






















































