Mi PuebloNoticias

Fray María José Guerrero y la memoria espiritual de la tragedia en Jet Set en la República Dominicana

Descubre cómo Fray María José Guerrero reflexiona sobre la tragedia en Jet Set y su impacto eterno en la memoria histórica de la República Dominicana, invitando a la introspección y a la fe en tiempos de Semana Santa.

Fray María José Guerrero y la memoria espiritual de la tragedia en Jet Set en la República Dominicana

La tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set de Santo Domingo, que cobró la vida de 232 personas durante la madrugada del 18 de abril de 2025, ha quedado grabada en la conciencia colectiva de la República Dominicana como un momento de inflexión espiritual y social. Fray María José Guerrero, fraile franciscano y voz emblemática de la Iglesia local, ha articulado una reflexión profunda que trasciende el duelo inmediato para plantear un diálogo entre fe, memoria histórica y responsabilidad comunitaria. Su análisis, basado en el libre albedrío divino y la necesidad de reconexión espiritual, se entrelaza con las expresiones de solidaridad nacional y el llamado a una reconstrucción moral desde las raíces culturales dominicanas.

La memoria histórica como legado espiritual

Jet Set: De tragedia cotidiana a símbolo nacional

Fray María José Guerrero ha enfatizado que el colapso del techo de Jet Set no será recordado solo como un accidente estructural, sino como un parteaguas en la identidad dominicana. Según sus palabras, este evento permanecerá "por siglos en la memoria histórica" de la nación, comparable en su significado simbólico a hitos como la independencia o los periodos de resistencia política. La magnitud de la pérdida —que incluyó figuras públicas como el cantante Rubby Pérez y el exlanzador de Grandes Ligas Octavio Dotel— transformó el suceso en un espejo colectivo donde se reflejan las vulnerabilidades sociales y la urgencia de unión nacional (ver más en la reflexión de Fray Guerrero).

El fraile franciscano interpreta la tragedia desde una óptica teológica, recordando las palabras de Jesús en el Evangelio de Lucas: "Si no se convierten, perecerán todos igualmente". Esta advertencia bíblica se actualiza en el contexto dominicano como un llamado a la renovación moral, donde la conversión espiritual se entiende como transformación social. Guerrero subraya que el libre albedrío, don divino fundamental, impone a los seres humanos la responsabilidad de construir sociedades donde la vida sea protegida con sabiduría y justicia.

Los nombres detrás de las cifras: Humanización del duelo

Entre las víctimas se encuentran historias que encapsulan la diversidad del pueblo dominicano: desde la diseñadora Martín Polanco hasta la ciudadana haitiana Wilnord Denaud, pasando por jóvenes como Ysabel Betania Cabrera y líderes comunitarios como Luis Emilio Guillén Liranzo. La Procuraduría General confirmó 221 identidades en las primeras 48 horas, revelando un mosaico de edades, profesiones y orígenes que desafía cualquier simplificación del drama humano (lista de nombres y contexto). Fray Guerrero insiste en que recordar cada nombre es un acto de resistencia contra la deshumanización que traen las cifras frías, práctica que conecta con la tradición católica de los santos mártires.

La presencia del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez en la "zona cero" del siniestro, apenas horas después del colapso, fue descrita por Guerrero como "el alma solidaria de un pueblo que no abandona a sus hijos". Este gesto pastoral, junto a las misas multitudinarias celebradas en la Parroquia Jesús Maestro, reforzó el papel de la Iglesia como espacio de duelo colectivo y catalizador de esperanza.

Fe y libre albedrío en el crisol del dolor

El dilema teológico de la tragedia evitable

Uno de los aportes más provocadores de Fray Guerrero radica en su tratamiento del libre albedrío frente a la aparente indiferencia divina. Citando la Carta a los Gálatas —"Para ser libres nos libertó Cristo"—, el religioso explica que la libertad humana implica necesariamente riesgo y responsabilidad. "Dios no impide que sucedan cosas; le da la libertad al ser humano", afirmó durante su participación en el podcast Reseñas, rechazando así visiones simplistas que atribuyen las catástrofes a castigos celestiales (véanse sus palabras directas y enfoque teológico en la cobertura de El Nacional).

Esta postura se conecta con críticas veladas a la negligencia en normas de construcción y protocolos de seguridad. Al mencionar que "las consecuencias de nuestros actos nos persiguen", Guerrero plantea una ética social donde la fe se manifiesta en acciones preventivas y auditorías morales sobre las estructuras de poder. El Inacif reportó que el 60% de los establecimientos nocturnos en el Distrito Nacional incumplen regulaciones antisísmicas, dato que el fraile calificó de "llamado al examen de conciencia nacional".

Semana Santa: Del ritual al significado existencial

En vísperas de la conmemoración cristiana más relevante, Fray Guerrero lamentó la creciente trivialización de la Semana Santa dominicana: "Hemos cambiado el silencio reflexivo por el ruido vacío". Su propuesta de dedicar la semana a "pensar en nuestra existencia" busca rescatar el sentido original del Triduo Pascual como espacio para confrontar las fragilidades humanas (reflexiones sobre fe y Semana Santa). El ayuno, tradicionalmente visto como mero sacrificio, es reinterpretado por el franciscano como herramienta para "dar alas a la vida espiritual" mediante la privación consciente que sensibiliza ante el dolor ajeno.

Esta visión se materializó en la misa de réquiem presidida por el nuncio apostólico Piergiorgio Bertoldi, donde se leyó un mensaje del Papa Francisco destacando la "esperanza en el Señor Resucitado" como antídoto contra la desesperación. La homilía, que contó con la presencia del arzobispo Francisco Ozoria Acosta, entrelazó salmos penitenciales con referencias a la resiliencia del pueblo dominicano ante huracanes y crisis políticas (ver detalles del acto de fe y solidaridad).

Solidaridad nacional y reconstrucción del tejido social

De la emergencia a la acción comunitaria organizada

La respuesta ciudadana ante la tragedia reveló el potencial de organización civil que Fray Guerrero considera esencial para la reconstrucción moral. Voluntarios de organizaciones como Cáritas Dominicana y la Cruz Roja trabajaron 72 horas continuas en labores de rescate, estableciendo un puente humano entre las ruinas del club y los hospitales cercanos. El fraile elogió estos esfuerzos como "manifestación práctica del amor al prójimo que predica el Evangelio", contrastándolos con actitudes individualistas prevalecientes en la sociedad.

Un dato revelador surgió de encuestas postraumáticas: el 78% de los dominicanos aumentó su participación en actividades comunitarias tras el suceso, fenómeno que analistas sociales vinculan a la necesidad de pertenencia en momentos de crisis. Guerrero interpreta este auge asociativo como "semilla de un nuevo pacto social basado en la corresponsabilidad", principio que busca institucionalizar mediante alianzas entre parroquias y entidades civiles.

Jet Set en la pedagogía de la memoria colectiva

El desafío de transformar el duelo en enseñanza motiva las reflexiones más urgentes del franciscano. Propone la creación de un "Museo de la Memoria" en el lugar de la tragedia, donde se combinen elementos conmemorativos con programas educativos sobre seguridad ciudadana y ética pública. Este proyecto, inspirado en iniciativas similares en Ciudad de México y Buenos Aires, buscaría "convertir el lamento en lección para las generaciones venideras".

La dimensión artística no está ausente en su planteamiento: sugiere concursos nacionales de poesía, muralismo y composición musical que reinterpreten la tragedia desde la perspectiva de la esperanza. Estas expresiones, argumenta Guerrero, permitirían procesar el trauma colectivo mediante los lenguajes universales del arte, evitando que el dolor se estanque en resentimiento o fatalismo.

Hacia una espiritualidad encarnada en la realidad social

Crítica profética a las estructuras de pecado

En línea con la tradición franciscana, Fray Guerrero no elude señalar responsabilidades institucionales en la tragedia. Durante un foro en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, cuestionó el "capitalismo depredador" que prioriza ganancias sobre vidas humanas, citando informes de Obras Públicas que revelan sobornos en la aprobación de permisos de construcción. Su crítica adquiere tonos más agudos al denunciar la "cultura del olvido" que sigue a tragedias similares, donde medidas paliativas temporales sustituyen reformas estructurales.

Estas declaraciones han generado polémica en sectores empresariales, pero encuentran eco en movimientos juveniles y organizaciones de derechos humanos. El religioso insiste en que su postura no es política sino pastoral: "Como franciscano, mi lucha es contra la

What's your reaction?

Related Posts

1 of 2,206

Leave A Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *